martes, 26 de enero de 2010


Hoy me gustaría contarte tantas cosas
si la vida lo permite y permite rozar la eternidad,
Déjame decirte que los otoños no respiran sin ti
que la vida pasa y no deja rastros de la muerte.

Me gustaría decirte con voz ahogada, que las noches
son tan oscuras cuando no te veo y veo la luz,
decirte las razones que tengo para dejar secar
las hojas de aquél árbol, que danza en la levedad.

Descansa, que la niebla cubre el sol
y el susurro de mi voz se apagará
poco a poco nos devora
nos alimenta, nos asesina.

Déjame decirte del sollozo del niño que llora por piedad,
que suplica por su madre que danza con fantasmas,
de las manos que no pudo estrechar, de los sueños
que jamás podrá soñar.

Duerme, que el corazón se vacía en botellas,
libertad que mueve el corazón...
y el suspiro de mi boca llorará,
y será por descuidos de la vida.

Me gustaría decirte que existir es aire,
que nos movemos al compás de las hojas
del frio que amanece con los sueños,
del dolor de la felicidad.


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