lunes, 31 de agosto de 2009

Un día en la espera

Cancíon del día: Gracias a la vida - Violeta Parra

Un día lluvioso de Agosto, hace algunos veranos, en la parada del camión me encontré un señor que en su mirada se dejaba ver un mar de locura, de perdición, no sabia concretamente el a donde ir, en su boca había una rabia a causa de tomar frecuentemente bebidas etílicas, desprendiendo un olor poco agradable y una imagen un poco grotesca, solo nos encontrábamos el y yo esperando aquel transporte de la ruta 400,
el silenciosamente se sentó a mi lado y me pregunto:

-¿No tendrás 50 centavos para completar mi camión?, acabo de gastarlo todo

(obviamente en alcoholizarse)
Como la persona no me dio mala espina y yo de buena gente se los di con una sonrisa
y sin mas me voltee,

El insistiendo a una platica me pregunto si tenia mucho esperando a lo que yo le respondí que no mucho, el siguiendo me dijo que no tenia ya prisa, que en su casa ya nadie lo esperaba que hace un día habiá fallecido su mujer, que la estuvo velando hasta que la dieron por muerta.


Fue entonces que el comenzó su vía crucis, con una cruz echa de sueños recuerdos y un poco de alcohol, Comento que sus hijos hace tiempo no le hablaban, a lo que yo sospeche algún problema mas profundo, No tenia hermanos y aparentemente pocos amigos, su mujer lo había acompañado 20 años pero un cáncer se la arrebato bruscamente, sin oportunidad de prepararse, cegado completamente por el vicio y las emociones, empezó a llorar.

Preguntó:

- ¿Tienes familia?
(No es que me quería adoptar)
-Si - le respondí
- No te alejes de ella, son un colchón que detiene todas las caídas.
-A mis 15 años me salí de mi casa con mi mujer, Claudia- el repetía constantemente
- De ahí en adelante fue un eterno penar, pero pos uno ahí le sigue chingando, todo pa' seguir pa delante, ahora que todo se acabó no se si yo tenga algo que hacer, no me interesa trabajar ni ya siquiera vivir, estoy solo...-

Como en una película Hollywoodense, en eso llegó el dichoso camión de la ruta 400 interrumpiendo al hombre.

-Gracias por los 50 centavos, cuídate y espero estés bien-

No respondí nada, no me moví, era mi camión pero no quería tomarlo, solo lo vi alejándose lentamente como en una película, espere al próximo 400, todo el tiempo pensando en como la vida trata a la gente, puede que por las decisiones tomadas, pero me cuestione si en realidad nosotros tenemos la llave de nuestra prisión o simplemente nos guía una brisa por el mundo sin saber bien a donde vamos, la pregunta no es de donde viene o a donde va el aire si no, donde termina su suspirar.

Al día siguiente prendí la televisión, en las noticias... Suicidio en la colonia Blanco y Cuellar, entre las calles 60 y 62, Hombre de mediana edad a causa de un corte con una arma blanca en el cuello, muriendo desangrado.

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